La actividad física tiene grandes beneficios para la salud. Practicar ejercicio de forma regular mejora el estado de ánimo y alarga la esperanza de vida. Todos debemos incluir el ejercicio físico dentro de nuestra rutina, especialmente los pacientes oncológicos. Está demostrado que el ejercicio físico es fundamental como complemento para las terapias de cualquier paciente oncológico.
La actividad física ayuda a evitar la cardiotoxicidad y afrontar los tratamientos con más fuerza. Existen muchas evidencias científicas que relacionan el ejercicio físico con el tratamiento del cáncer.
Algunos profesionales como los fisioterapeutas ayudan a realizar ejercicios dirigidos y dan pautas para que se siga la actividad de forma domiciliaria. El fisioterapeuta oncológico es un profesional sanitario con formación especializada en oncología que puede convertirse en un gran aliado para tu recuperación. Aunque la fisioterapia puede ayudar, nunca puede ser un sustitutivo de los tratamientos médicos para aliviar los síntomas.
La rehabilitación ayuda a las personas que padecen o han padecido un cáncer a recuperar su bienestar físico y mental. El ejercicio físico adecuado mejora el estado general de los pacientes como se ha demostrado en varios estudios. Practicarlo con regularidad ayuda a disminuir el dolor y la fatiga, que son dos de las consecuencias más comunes del cáncer.
El fisioterapeuta adaptará el ejercicio a tu situación siempre teniendo en cuenta tus limitaciones y tu historial médico. Personalización, individualización y adaptación son las claves para sacar el máximo provecho al ejercicio. El plan ideal sería combinar aeróbicos, fuerza y estiramientos. Además de los ejercicios, el profesional recomendará andar al menos media hora al día y una alimentación saludable. Los fisioterapeutas trabajan con tu cuerpo para recuperar la máxima movilidad y elasticidad. Gracias al trabajo y al esfuerzo diario notarás mejoría en las cicatrices, los problemas articulares, los problemas posturales, la fatiga, el dolor…
La fisioterapia también puede tratar otros efectos del cáncer muy comunes como la linfedema, inflamaciones que aparecen en zonas del cuerpo como brazos o piernas y que forman parte de la enfermedad. La linfedema afecta a la movilidad de la zona afectada. Además, puede originar rigidez, dolor y sensación de pesadez.
El drenaje linfático es perfecto para tratar la linfedema. Esta técnica consiste en un masaje realizado exclusivamente con las manos sin ayuda de ningún aparato siguiendo las recomendaciones de la Sociedad Internacional de Linfología. El masaje se realiza con movimientos suaves que favorecen el movimiento de la linfa consiguiendo bajar la inflamación.
Este masaje tiene múltiples beneficios para el paciente, además del principal de reducir la inflamación. Esta técnica contribuye a mejorar las defensas, favorecer la movilidad, ayudar a reabsorber los líquidos y activa el mecanismo fisiológico encargado de la linfa.
Desde Fisioterapia Sin Dolor recomendamos al menos dos sesiones semanales de una hora con el fisioterapeuta para realizar la terapia de drenaje linfático.
Conocer todas las armas disponibles para afrontar esta enfermedad es el primer paso para una correcta y rápida recuperación. Si quieres más información sobre el ejercicio físico para pacientes oncológicos descubre nuestro servicio de fisioterapia oncológica en Madrid.
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